lunes, junio 12, 2006

Entrevista en TV

Este sábado estaba dándole una oportunidad a la TV de que me mostrara algo interesante, pasando los canales vi una entrevista a la comunicadora Zoila Luna.

A leguas se nota que es una mujer súper liberal y moderna, algo que pocas a su edad (pasados los cuarenta, como ella misma expresó) se toman el derecho de serlo. Ella es divorciada y tiene dos hijas, no se las edades exactas, pero una ya pasó de los 20.

Entre las cosas que dijo, algunas me llamaron atención. Ella quería encontrar un hombre que sea sincero, honesto, que la quiera mucho bla, bla, bla… Cuando el entrevistador le dice: “y que quiera a tus dos hijas…” ella rápidamente contesta:
ELLA :No señor, no es a ellas que tiene que querer, es a mí
EL :Zoila, que quiera a tus hijas también…
ELLA :que no!, que me quiera a mí, no a ellas, a mí.

No les oculto que quedé como en shock, y sólo pensé “qué disparate tan grande esta diciendo esta mujer, nadie nunca hablaría de esa forma”. Y es que eso es lo que estamos acostumbrados a escuchar de las madres divorciadas:
“Si me vuelvo a casar, mi pareja debe querer a mis hijos tanto como a mí”
“No puedo ponerles un padre a mis hijos que a ellos no les agrade”
“Prefiero quedarme sola, mis hijos son muy celosos conmigo”

Entonces dentro del estado que me encontraba, escuché que dijo “y qué crees tú? Que ellas no se casarán con alguien porque no me quiera a mí, que ellas le dirán: tú no quieres a mami, yo no puedo casarme contigo. No, los hijos se casan con quien ellos quieran aunque a los padres nos guste o no”. Al escuchar esto entonces fue que pude pestañar, cerrar la boca, continuar respirando y salir de mi estado de asombro… y entonces me pareció tan lógico lo que decía…

Me puse a pensar y me di cuenta que muchas mujeres deberían pensar de esa forma y serían un poco más felices, aunque reconozco que no aplica para todos los casos, pues si los hijos aún son niños no es saludable que uno de sus tutores no sienta aprecio por ellos. Si una madre soltera, encuentra un compañero que la ame es una bendición (y esto aplica para cualquier mujer sea madre o no) y si ese hombre también quiere a sus hijos, o por lo menos está dispuesto a dejar crecer ese sentimiento en él, es bendición doble!!! Pero deberían renunciar las madres solteras a la felicidad al lado de su pareja por sus hijos, que dentro de unos poco años ya no estarán en casa???

3 comentarios:

Peny dijo...

pienso que las mdres dse deben preocupar hasta cierta edad por sus hijos, pero lelga una edad que deben tambien velar por noe star sola porque es duro depues que el hjijo crece tiene su casa y familia que la madre este sola y pasando melancolias nonono..

Apolus dijo...

Ahi hay una mezcla de variables que no deben ser pasadas por alto.

Adoro a Zoila, me encanta su forma tan liberal de ser, pero en esto difiero con ella, aunque puede que le de la razón a sabiendas de las edades de sus hijas.

Como yo lo veo, buscamos a alguien que nos quiera. Cuando no somos padres somos 100% nosotros, pero cuando tenemos hijos, esos hijos se llevan al nacer el 50% de nuestro ser, y nos dejan con un 50%. Lo que quiero decir es que en ese momento, cuando buscamos a alguien que nos quiera debe querer nuestros dos 50%. A medida que los hijos crecen ese 50% que erámos nosotros en ellos va disminuyendo como una curva que progresivamente disminuye hasta llegar al munto de que la disminución es de a poquitito y parece que infinitamente quedará ese poco de nosotros en ellos. En esa misma medida en que ese 50% va volviendo a nosotros es en la misma medida en que es importante que quien nos quiera los quiera a ellos.

Factores como la crianza, el cariño que les hayas dado, el tiempo que les hayas dedicado, hacen que contemples en su justa medida qué tanto esa persona que te quiere tendrá que quererlos a ellos.

No obstante, al final somos seres egoístas, y el amor goza de todos los licenciamientos que la razón y el corazón les otorga.

balamia dijo...

pues mira, yo pienso que el que no pueda querer a mis hijos ni aunque sea un poco, en el fondo, no me quiere a mi
ella tiene un punto, es muy cierto, pero no es igual el amor de una madre a un hijo que el de un hijo a una madre